El Transporte por Carretera y la Huella de Carbono: España y Francia actualizan su normativa

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La descarbonización del Transporte por Carretera ya no es solo una aspiración, sino una exigencia normativa. España y Francia, como actores clave en el Transporte Internacional, han adoptado regulaciones que obligan a las empresas del sector a medir y reportar su huella de carbono, alineándose con los objetivos climáticos europeos. Esta tendencia está generando un nuevo modelo operativo donde medir, reducir y comunicar las emisiones se convierte en una cuestión de supervivencia empresarial.

España endurece el control: transparencia obligatoria para grandes empresas

El Real Decreto 214/2025 establece la obligatoriedad para ciertas empresas españolas de Transporte por Carretera de calcular y publicar su huella de carbono. La norma se aplica a:

  1. Empresas con más de 500 empleados, o
  2. Aquellas que durante dos ejercicios consecutivos cumplan al menos dos de los siguientes criterios:
  • Más de 250 empleados.
  • Más de 40 millones de euros en facturación.
  • Más de 20 millones de euros en activos.

Estas compañías deben presentar un plan de reducción de emisiones a 5 años y divulgar esta información en su página web o en sus informes de sostenibilidad. Aunque el Registro de huella de carbono sigue siendo voluntario, se perfila como estándar de buenas prácticas en el sector.

Francia delega en el cliente, pero obliga al transportista

Desde el 1 de enero de 2025, cualquier operación de transporte por carretera con origen y destino en Francia debe ir acompañada de un informe de emisiones de gases de efecto invernadero. Esta responsabilidad recae sobre el cliente o cargador que contrata el servicio, pero en la práctica obliga a los transportistas a proporcionar los datos necesarios.

Los cálculos deben seguir las directrices del Código de Transportes francés (artículos D.1431-1 a D.1431-23), y se recomienda el uso de herramientas reconocidas como las de la ADEME o la plataforma EVE. El incumplimiento puede conllevar sanciones de hasta 3.000 euros por envío.

Más allá de España y Francia: el mapa regulatorio europeo

Otros países europeos también están intensificando sus políticas de sostenibilidad en el transporte por carretera, ya sea mediante exigencias directas o a través de presiones normativas derivadas de la Directiva de Reporte de Sostenibilidad Empresarial (CSRD). Veamos algunos casos destacados:

Alemania: peajes climáticos y presión normativa indirecta

Aunque no exige aún el cálculo obligatorio para todos los transportistas, Alemania ha adoptado medidas indirectas contundentes:

  • La Directiva CSRD obliga a grandes empresas a reportar emisiones de alcance 1, 2 y 3.
  • Desde 2023, el país aplica peajes diferenciados para camiones según sus emisiones de CO₂, incentivando tecnologías más limpias y control preciso de emisiones.

Países Bajos: movilidad sostenible como política de Estado

Desde 2024, las empresas neerlandesas con más de 100 empleados están obligadas a informar sobre los desplazamientos laborales y logísticos, incluyendo las emisiones asociadas al transporte de mercancías. Esta medida forma parte del plan nacional de movilidad sostenible.

Suecia: sostenibilidad como requisito para contratar

En Suecia, las grandes empresas públicas y muchos contratos logísticos exigen informes detallados de emisiones. Las licitaciones públicas suelen incluir criterios ambientales que obligan a los proveedores a calcular y presentar su huella de carbono.

Una regulación europea que acelera el cambio

La Directiva CSRD, aplicable desde 2024, marca un antes y un después en el reporte ambiental. Aunque no es específica del transporte, afecta a todas las empresas que forman parte de cadenas logísticas, lo que obliga indirectamente a los operadores de transporte a proveer datos fiables sobre su impacto climático.

Cambios Normativos en el Transporte por Carretera y la Huella de Carbono

Medir para competir: más que un requisito, una estrategia

Cumplir con la normativa no solo evita sanciones: es una oportunidad para mejorar la eficiencia operativa, reducir costes y ganar ventaja competitiva. Administraciones públicas y empresas privadas priorizan cada vez más a los proveedores que demuestran un compromiso real con la sostenibilidad.

Medir emisiones no es solo sumar kilómetros o litros de gasóleo: implica analizar hábitos de conducción, tipo de combustible, mantenimiento de flota, planificación de rutas y uso de tecnología inteligente.

Como dice el principio básico de gestión ambiental:

«Lo que no se mide, no se puede gestionar; y lo que no se gestiona, difícilmente se puede mejorar.»

Formación: clave para adaptarse a la nueva movilidad

La adaptación requiere conocimiento. Para ello, existen programas como el curso de Gestión Avanzada de la Huella de Carbono en el Transporte de Mercancías por Carretera ofrecido por AT Academia del Transportista, que capacita en:

  • Cálculo técnico de emisiones de GEI.
  • Diseño e implementación de planes de reducción realistas.
  • Cumplimiento de normativas españolas, francesas y europeas.

Esta formación no solo prepara para cumplir, sino también para competir con garantías en un mercado cada vez más verde y exigente.

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El transporte del futuro empieza hoy

Las nuevas regulaciones reflejan un cambio de mentalidad: la sostenibilidad ya no es un valor añadido, es una condición de acceso al mercado. Las empresas que se anticipen, incorporen herramientas de medición y apuesten por la formación especializada, estarán mejor posicionadas para crecer en un entorno donde la eficiencia y el respeto ambiental serán los principales diferenciales competitivos.

¿Estás preparado para liderar este cambio?

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